"Porque a veces necesitamos remendar y otras, simplemente, encontrar ese botón que creiamos perdido"

jueves, 11 de febrero de 2010

VIENTO DEL NORTE

Mirando al horizonte podemos sentirnos infinitamente pequeños contemplando la inmensidad de un vasto océano. A lo lejos ver un barco de vela pasar, a lo lejos las nubes en mil formas observar.
Cuando los recuerdos y los sentimientos envuelven ese instante, la soledad, compañera, te enseña que todos los sueños están a tu alcance. En la comunión perfecta entre el hombre y los elementos, en el silencio que otorga la reflexión, la serenidad se convierte en el punto de partida hacia un porvenir en construcción.
Todo es bello, nada está exento de dolor. Fluyen los pensamientos, afloran los afectos, cae una lágrima como símbolo redentor. Vibra la energía pugnándo por salir al exterior. Se disipan los temores, todos los rencores. Sólo queda el alma desnuda queriendo volar.
Cierro los ojos, ondea mi pelo, siento a mi viento del norte llevándose mis desvelos... Escucho el rumor de las olas rompiéndo; siento a mi viento del norte, duro, frío, poniéndo en alerta todos mis sentidos... Mi viejo compañero, un consejero inestimable, mi viento del norte que siempre me recuerda la esencia de lo que soy.