"Porque a veces necesitamos remendar y otras, simplemente, encontrar ese botón que creiamos perdido"

lunes, 18 de enero de 2010

AQUELLOS QUE NUBLAN EL SOL

Desde niña, siempre observé, la existencia de dos clases de personas: las que con su sola presencia son capaces de llenar una estancia y, aquellas que, a su paso, van nublando el sol.
Al hacerme mayor vi que, si a una estrella la tapas con un manto negro deja de brillar, que el ruiseñor en una jaula ya no canta igual y que si la luz no brilla en tus ojos es imposible que la puedas reflejar en los demás.
Me resulta difícil comprender por qué, quién teniendo una vida fácil, se empeña en no ver más allá de la punta de su nariz, de protestar por la más ínfima nimiedad, sin ser capaz de poner un remedio a su enfermedad. Resulta digno de compasión estar tan lleno de egoísmo y tan vacío de contenido.
Siempre es más sencillo tomar el papel de víctima que de verdugo y, sin embargo, es el verdugo el que tiene el poder de decisión. Al fin y al cabo, la vida termina posicionando a cada uno donde se merece y obligándole a llevar la carga de su decisión. No se puede envidiar lo que no se es capaz de luchar, no se permite querer lo que no se sabe mantener, no se debe ensuciar para parecer más puro.
Sé que soy estrella brillante, sé que soy ruiseñor sin jaula, sé que la chispa de mis ojos siempre estará encendida. Porque sobra la luz para aquellos que no la quieren ver.

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